¡Se el mejor mercenario de la galaxia! Explora las instalaciones alienígenas en busca del botín, busca la puerta de seguridad que lo resguarda, pero para abrirla necesitaras de las tarjetas llave repartidas en estas instalaciones. Las trampas y los enemigos están al asechando detrás de cada esquina, prepárate, adquiere objetos, úsalos y escanea habitaciones antes de enfrentarte al peligro; pero mide bien tu tiempo, el oxígeno se acaba y estas instalaciones no lo necesitan, con lo que administrar tus recursos será la clave para salir con la victoria, y con un gran tesoro en tu nave.
¡Compite con tus amigos! Hasta cuatro jugadores pueden elegir entre 5 mercenarios diferentes para adentrarse en esta aventura, adentrándose por caminos diferentes para ver quien abrió mas puertas y se llevó mas tesoros; dicho mercenario será reconocido como “el mejor de la galaxia”.
No subestimes estas instalaciones misteriosas: en cada galería acechan enemigos que no ven con buenos ojos tu intrusión. Algunos serán débiles al principio, pero no te confíes, porque justo eso es lo que buscan. Conforme te adentres en sus entrañas laberínticas, su número y su ferocidad crecerán implacables.
Utiliza tu escáner para prever emboscadas y reserva granadas de energía para los momentos críticos. Administra cada gota de oxígeno con cabeza, y no descuides cómo el entorno puede volverse tu mejor aliado o tu peor trampa. Con estrategia y astucia, podrás convertir cada amenaza en un escalón más hacia el tesoro que aguarda al final.
Al iniciar la partida contarás con un Sabro Snack para recuperar fuerzas y una única batería de energía que alimenta tu pistola y el escáner de habitaciones. Conforme explores las instalaciones alienígenas podrás hacerte con la recicladora para procesar desechos, la mochila compresora que amplía tu capacidad de carga y granadas de energía. Administra cada recurso con cautela: malgastar la batería o usar el snack en el momento equivocado puede dejarte vulnerable ante trampas y enemigos.
Mi pistola láser ofrece dos modos de juego: en solitario serás un intruso silencioso en los pasillos alienígenas, y solo las puertas que cuenten con el número exacto de tarjetas llave se abrirán ante ti; cada llave hallada es un paso más hacia el núcleo del botín. En multijugador, la tensión se dispara: competirás contra hasta tres rivales por ser el más rápido en encontrar llaves y desbloquear puertas, pero cuidado, porque cualquier acceso que abras podrá ser usado por otro jugador. La victoria dependerá de tu velocidad, tu capacidad de anticipar movimientos ajenos y la precisión con la que administres cada llave.
Orion Drax fue una vez el pilar inquebrantable de la División de Defensa Internacional, un comandante cuya precisión y temple inspiraban confianza. Cuando una misión salió mal y su mejor subordinado apareció muerto, las evidencias sembraron una culpa que Orion jamás cometió. Despedido y marcado como asesino, cambió su uniforme por la insignia del cazarecompensas, decidido a limpiar su nombre mientras protegía a la galaxia de verdaderas amenazas.
Su historial militar le enseñó a no dejar nada al azar: planifica cada entrada, revisa cada pasillo con el escáner y controla sus recursos con la misma meticulosidad con que antes organizaba una flota de combate. Ordenado y dedicado, Orion forja alianzas solo cuando confía plenamente en sus aliados, pero actúa con honor incluso ante desconocidos. Entre un encargo y otro, rastrea pistas que apunten al verdadero culpable, y cada victoria le acerca un paso más a redimir su nombre.
Su mirada fría en el cruce de disparos convive con un código moral férreo: no abandona a un compañero ni sacrifica inocentes por un botín mayor. Es el mercenario que nunca flaquea, un estratega nato que sabe que, tras cada misión exitosa, construye no solo su reputación, sino también el camino hacia la justicia que espera recuperar.
Keilan Androx forjó su carrera militar impulsado por el deseo de honrar el nombre de su padre, aunque su verdadera esencia siempre habitó en el lienzo más que en el campo de batalla. Con la insolencia de un joven que desafía órdenes, abordaba cada misión como quien busca inspiración, convencido de que cada victoria sería un trazo vivo en su obra.
Todo cambió en aquella misión de “recuperación de piezas de maquinaria” que resultó ser un rescate humano: entre los desaparecidos estaban su padre y su tía. La culpa y el remordimiento tiñeron su espíritu de gris, y desde entonces camina con la cautela de quien comprende el valor de cada vida. Para expiar su error, ahora enseña a las nuevas generaciones cómo no repetir su destino, advirtiéndoles de los peligros de tomar la guerra a la ligera.
Sin embargo, cuando nadie lo ve, Keilan se convierte en un forajido: un Robin Hood de los asteroides que hurta recursos de los más acaudalados para entregarlos a los más necesitados. En el silencio de la noche espacial, su arte ya no brota en lienzos, sino en actos clandestinos que intentan responder al clamor de su corazón y devolver un equilibrio a una galaxia desequilibrada.
Nova Sabriel nació en el inframundo de los mundos mecanizados, donde cada chispa hormonal la impulsó a forjarse su propio destino. A los catorce años, la muerte de su madre la obligó a convertirse en guardiana de sus hermanos, abandonando para siempre la infancia. La necesidad la llevó a blandir el bláster con manos temblorosas, entrando al mundo de los mercenarios sin más aval que su determinación.
Al principio, la fortuna le dio la espalda, pero un oscuro contrato le ofreció algo imposible de rechazar: la fusión de su ADN con material genético extraterrestre. Con el paso del tiempo, Nova aprendió a retener oleadas de energía en sus músculos, y su rostro comenzó a adquirir un resplandor violeta, con facciones más angulosas y penetrantes.
Hoy se considera afortunada. Su audacia y su mente estratégica la convierten en una mercenaria letal, pero prefiere trabajos limpios y sigilosos que no pongan en riesgo a quienes dependen de ella. En cada misión silenciosa, lleva consigo la fuerza de un renacimiento púrpura y la promesa de proteger a su familia cueste lo que cueste.
Kael Morrow nació en el lujo de una familia noble, donde aprendió mecánica, artes marciales y el arte de la negociación antes de atreverse a soñar con horizontes infinitos. Su linaje le ofrecía seguridad, pero ella ansiaba libertad más que títulos. A los 22 años su familia la desheredó, e incluso el dolor se tornó en oportunidad: sin ataduras ni herencia, se lanzó como cazarecompensas por elección, talento y destino.
Hoy Kael es un truhan encantador: mujeriego, bebedor ocasional y maestro en aprovechar cada momento. Nunca ha pasado hambre gracias a su ingenio para el trato y sus destrezas en combate; sin embargo, lo que realmente la impulsa es la llamada de lo impredecible. Vive al filo del caos, aceptando solo encargos que le ofrezcan un desafío digno de su espíritu inquieto. Cada mañana se despierta sin certezas, pero con la convicción de que un nuevo reto aguarda tras la próxima columna de humo estelar.
Astrea Quell desplegó desde niña una belleza y un temple fuera de lo común, dotada de habilidades físicas y mentales que la academia solo pudo igualar con su propia ambición. Subestimada al principio por su apariencia, pronto impuso su mando con mano firme y una convicción implacable: para ella, la debilidad no tenía lugar en el combate ni en la mente. Ascendida con rapidez, dirigió su primer escuadrón con un rigor que rayaba en la severidad, convencida de su justicia, hasta que uno a uno sus subordinados fueron perdiendo la motivación y abandonando sus puestos.
El quiebre llegó con la muerte de uno de ellos, un joven que se quitó la vida y le dejó un mensaje disculpándose por no ser tan fuerte, pero asegurando que ella no era culpable. Esa carta perforó el blindaje de Astrea, haciéndole cuestionar cada orden y cada juez interno que proclamaba inquebrantable. Agotada por la culpa, se alejó de las jerarquías y del ruido de las estrellas, buscando silencio para recomponer su mirada sobre el valor de la vida.
Un amigo de la infancia la llevó a refugiarse en un bosque planetario, donde descubrió que no existe ser débil, sino funciones distintas en el gran tapiz de la naturaleza. Aprendió a ver la nobleza en cada criatura y a valorar las diferencias como fortalezas. Al regresar al cosmos, su temple se suavizó: en su voz fluentemente dulce late la empatía, pero prefiere operar en solitario, pues teme volver a herir con la misma severidad que una vez la definió.
Yumi Galatea nació en un laboratorio, un ser extraordinario moldeado por la ciencia cuando su raza, antaño abundante entre la humanidad, fue diezmada por una bacteria implacable. Sin padre ni madre, su ADN fue retocado para recuperar los rasgos perdidos de su especie y convertirla en un arma viviente. Creció entre tubos de ensayo y protocolos de combate, sin más cuna que bandejas metálicas y sin más arrullo que el zumbido de los generadores de energía.
Aunque no posee fuerza bruta, su rapidez felina, flexibilidad asombrosa y capacidad casi infinita para almacenar energía la convierten en una mercenaria sigilosa y precisa. Cumple cada misión con una ligereza casi poética, y su mirada soñadora siembra rumores sobre su habilidad para entrever el futuro. Cada salto en la oscuridad y cada destello de láser emana de un cuerpo diseñado para lo militar, pero ejecutado con la gracia de una bailarina estelar.
Detrás de su ingenuo encanto late el deseo de ser reconocida por sus propios talentos: toca melodías en un arpa de plasma con horas de práctica ferviente y derrama palabras de aliento aprendidas entre colegas. Respeta la vida de todos los seres y siente que el camino bélico que le impusieron no le pertenece. Sabe que pronto desplegará sus alas y volará hacia un destino elegido por ella misma, más allá de los muros del laboratorio que la creó